jueves, 29 de marzo de 2007

LA BÚSQUEDA ACTO II : AIRE

Esto es algo que escribi hace un año, es una historia compuesta por cinco partes, cuando inicie una busqueda, pero fui inconsciente en ese momento al buscarla ya que lo que encontre, se parecia a lo que he buscado siempre, pero era incompleta, imperfecta, hay cosas que no hay que buscarlas, solo dejar que el destino las traiga a nuestro camino...

AIRE

Continuo caminando hasta poco antes del amanecer, cuando el sol aun no se termina de desperezar y las criaturas de la noche mas atrevidas se mantienen en la puerta de sus refugios para vislumbrar parte del dador de calor, en ese momento en él las sombras de la noche comienzan a retirarse lentamente obligadas por el calor del sol, pero dejando eco de su presencia.

El fuego había hecho mella en él, se había llevado parte de su fuego pero al llevarse ese fuego dejo otro en su lugar, perladas gotas de sudor caían de su frente, su vista se nublaba a veces, su garganta se secaba, su estado febril empeoraba por momentos pero debía continuar, siguiendo su búsqueda se vio arrastrado por un laberinto de estrechos callejones que parecían no llevar a ninguna parte, el sabia que el siguiente elemento en el cual debía buscar estaba al final de aquellas sinuosas sendas, lo sabia lo notaba, por el punto ciego del ojo veía a un guía, lo seguía notando su presencia, persiguiendo un rastro, siguiendo una sombra, que se desvanecía al doblar cada esquina, primero andaba, después comenzó a ir a paso ligero, al final corría tras la sombra que le guiaba a seguir su búsqueda, pero la sombra era mas rápida que él y no llegaba a ver mas que eso, una sombra, al girar una esquina, el olor a ozono que separa el mundo de Oniros de este lleno por completo sus fosas nasales y un mar de niebla se extendía ante él, a lo lejos entre la niebla densa y espesa podía ver a la sombra esperándolo, la sombra tenia aspecto humano, pero era demasiado alto y emitía una oscuridad que provenía de su interior, reconoció la imponente figura al instante, el mismo señor de los sueños era su guía, no dudo por un segundo, cerro los ojos y se interno en el mar de niebla...

el sonido de un motor V-6 le hizo abrir los ojos, se hallaba a toda velocidad conduciendo por una carretera de dos carriles por sentido una preciosa obra de ingeniería americana, al fin había conseguido el coche que siempre había deseado, miro a su derecha a escuchar el sonido de un claxon grave y prolongado y al mirar allí estaba ella conduciendo un mastodontico todoterreno negro, se dirigían hacia algún lugar en la costa y ambos estaban comprobando la velocidad punta de sus maquinas, el se dejo ir, para darle a ella la satisfacción de llevar ventaja y cuando los separaban unos cientos de metros, cambio de marcha y piso a fondo el acelerador, el motor V-6 rugió como un león y por un instante se sintió formar parte del sillón del conductor, paso por el lado de ella tocando el claxon y mostrando el dedo corazón en señal de burla, volvió a dejarse ir de nuevo cuando estaban cerca de su destino para que ambos llegasen a la vez, el tiro del freno de mano e hizo un giro de 180 grados con el coche, ella solo freno y salto del coche gritándole que dejase de hacer tonterías, ambos corrieron el uno para el otro y se fundieron en un pasional beso, sus brazos enroscados alrededor del cuerpo del otro, como intentando unirse sin conseguirlo, se miraron a los ojos, la luna brillaba ya alta en el cielo y se hallaban frente a una casa a pie a acantilado, el la cogió en brazos y dando una patada a la puerta cruzo el umbral...

al llegar al otro lado de la puerta se encontró al otro lado del mar de niebla que poco a poco se iba disipando, allí tampoco estaba el factor que buscaba, su paso por este elemento también le había hecho mella, pues ahora su piel estaba seca y sus labios agrietados, pero debía continuar con la búsqueda encontrar el motivo o el elemento que lo había arrastrado hasta allí, obligándose a continuar salió de aquellas calles y se dirigió hacia el siguiente lugar donde creía poder encontrar la respuesta, el sol despuntaba por el horizonte cegándolo parcialmente, caminó, solitario y quejumbroso pero con las suficientes fuerzas como para no cesar en su búsqueda, siguió andando...

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