domingo, 20 de marzo de 2011

Cazador de Medianoche : Primer Contacto

"Mi nombre es Iván, soy un taumaturgo acreditado en la ciudad de Sevilla, cobro por resolver casos donde la "razón humana" deja de funcionar.

Tras mi último caso decidí tomarme unas vacaciones en las estepas Rusas, donde acabé haciendo algunos trabajillos menores por mezclarme con la población local, dichas vacaciones fueron interrumpidas por una carta enviada por Jezzabel que me hacia volver a toda prisa a casa y a la moto nueva que me esperaba en el parking del aeropuerto"



Durante años, en el desarrollo de esta, mi profesión, he aprendido mediante deflagraciones de energía y artimañas varias, mandar al invierno lo que es del infierno y al cielo lo que es del cielo.

O al menos, lo que cualquier profano y algunos no tan profanos, entenderían como tal.

De echo, la categoría de infernal o angelical no son mas que meras etiquetas de la condensación de energía y materia con consciencia de si misa y de las cualidades que posee y se les atribuyen.

Al igual que los humanos corrientes, cualquier criatura sobrenatural está compuesta de energía y/o materia con consciencia propia (en mayor o menor medida), con la única salvedad de que los seres sobrenaturales somos conscientes de nuestras propias capacidades "místicas" y tenemos una férrea creencia en nosotros mismos y lo que podemos hacer.

Por lo que de una forma o de otra no es más que el poder de la voluntad lo que nos permite a algunos desarrollar ciertas habilidades y a otros existir.

Aquello de decirle a un hada que no se cree en ellas para matarlas, no anda demasiado desencaminado, ya que algunos pequeños pixies salvajes carecen casi por completo de consciencia más allá de las puertas de Tyr-Na-Nog y al intentar imponer la voluntad propia negando su existencia, se rompen por proximidad los nexos metafísicos que unen energía con materia, quedando reducidos a polvo de estrellas brillante esparcido por el lugar donde antes estaba.

Pero no me desvío de lo que estaba diciendo, los angelicales y los infernales.

Hace 2011 años (día arriba, día abajo) un poderoso taumaturgo que había renacido en el vientre de una mujer, decidió renovar un pacto tiempo olvidado con la luz y la oscuridad.

El tomaría algunos nombres poderosos modificados, lo cual llevaría a dichos nombrados a tener que aparecer o a crear un servicio de atención al cliente donde al recibir la llamada alguien de guardia acudiese, englobaría todos aquellos nombres junto a unos dogmas morales en algo que duraría milenios, habría millones de personas que serían incapaces de pensar o actuar sin ello, ya que penetraría en el fondo de sus almas y los llevaría por una senda de bienestar interior.

Era el negocio del fin de los días para todas las partes, los sobrenaturales tendría un sindicato en el cual refugiarse, los humanos tendrían algo que los alejaría de su parte más animal e instintiva que los lanzaba a buscar necesidades básicas, alimento, reproducción, territorio...

Las personas que creyesen fielmente en esos nombre, en esas figuras, en esos dogmas, serían capaces de realizar acciones extremas por ellos, de la misma forma que si formasen parte de si mismos o tuviesen algún vínculo de infinito poder.

A cambio lo único que pidió fué ser dejado en paz por ambos bandos, olvidado de los anales de la historia metafísica y se le permitiese seguir estudiando la evolución del ser humano y de su psique, ya que había alcanzado la inmortalidad estudiándola durante años, ni siquiera habló de su pequeña pero letal alergia a algunos metales.

Luz y Oscuridad, Creación y Destrucción, Orden y Entropía, como se les quiera llamar, se pusieron de acuerdo en ceder algunos nombre, en firmar algunos acuerdos, y en darle al asunto un poco de burocracia interna y jerarquía organizativa.

El problema es que le salió el negocio demasiado bien, pero como en todo plan perfecto, algo tiene que salir mal y acabó atravesado por una lanza de metal que aún se busca.

Luz y Oscuridad tuvieron que devolverlo a la vida en una acción conjunta, tras pasar tres días riéndose a carcajada limpia del espíritu del taumaturgo que había conseguido unificarlas a ambas dos en algo en lo que creyesen todos los seres humanos.

La Religión.

Desde entonces, para la mayoría de la gente, creyente, despierta o ninguna de las anteriores, todos los seres compuestos de Luz serían Angelicales y los compuestos de Oscuridad Infernales, el resto de la película, arriba y abajo, anuncios de compresas y torturas y dolor eterno al ritmo de heavy metal, lo conoce todo el mundo.

Y como desde tiempos inmemoriables, se empeñan en destruirse mutuamente, sin ser conscientes realmente, que basicamente ambos están compuestos de los mismo, energía.


El problema radica cuando se empeñan en poseer materia y se fusionan con ella, como es el caso de Jezzabel, un bebé que iba a nacer muerta por causas meramente biológicas, hasta que el angel que acude al nombre de Jezzabel se metió en aquel cuerpo antes de que fuese tarde, no como acto de piedad, sino por la potestad de poseer materia y caminar entre materia, supongo que ser solamente energía es demasiado aburrido.

Mi problema, porque este es unicamente mio, radica cuando estando de vacaciones por las estepas Rusas, un infernal no tenía nada mejor que hacer que venir a Sevilla a buscarle las cosquillas a Jezzabel, que casualmente estaba cuidando de mi casa.

Tengo la casa protegida para manifestaciones energeticas de altos niveles de ambos bandos, pero cuando alguien posee materia, es porque ha conseguido acumular bastante poder, no se me había dado el caso, pero estaba preparado para ello.

Hasta que Jezzabel me dijo que me esperaba en mi casa hasta que volviese de vacaciones por si se me ocurria escabullirme al favor que le debo o le debía, porque bajé las protecciones confiando en que ella protegería el fuerte.

Pero se ve que no es así, ya que ahora de Jezzabel no hay rastro y de mi casa casi que tampoco, de echo menos la gran caja fuerte, todo lo demás parece un campo de batalla, alguien ha arrojado mi moto contra la pared que tenia forrada de libros con tanta fuerza que creo que ni con magia podré arreglarla.




Menos mal que esto se escribe "solo" dentro de la caja fuerte.

Alguien va a desear que me quedase en Rusia, acabo de llegar de calentar mi nuevo juguete y me encuentro mi casa destrozada, Jezzabel no aparece ni coge el móvil y cuando agarre a quien ha hecho esto le voy a dar patadas en el culo hasta que uno de los dos sangre, ¡y pienso usar botas de seguridad!