miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sueños-Pesadillas v.1


Es lo que he soñado hace un rato, podría haberme dado la vuelta, cerrado los ojos y buscado en el mar de brumas algo mejor para soñar, un pensamiento feliz, sin embargo he saltado de la cama para escribirlo (y aprovechar un poco la mañana de esta penúltima semana de vacaciones).

Hasta encontrarle un mejor título con ese se queda.

...entre en la casa tratando de que los pantalones bombachos a los que no estaba acostumbrado no rozasen ninguna de las velas que estaban encendidas en el suelo para evitar que se prendieran como había sucedido un rato antes, buscaba a la inquilina del edificio.

Shaman, bruja, sanadora o cualquiera de los otros nombre que se le pueden atribuir a alguien que es capaz de ver en mas allá de la tercera dimensión y ponerlas todas en contacto.


Tenían una pequeña reunión en el sotano iluminado por lámparas de papel con velas dentro que ocupaban las esquinas, un par de pufs enormes y un sofá bajo con la tapicería de un tacto aterciopelado eran todo el mobiliario de aquella habitación.

Sentados en ellos, la bruja, o chica pájaro como la solía llamar, delgada como la línea entre las realidades en aquella habitación de nariz aguileña en uno de los pufs , un tipo calvo y musculoso que sonreía en el otro y una chica de piel pálida pelo rojizo teñido y muchas pecas por la espalda sentada en el sofá.

Esta ultima jugaba de forma sensual con lo que parecía una baqueta con grabados entre sus pronunciados labios.

-¿Puedo besarte?- pregunté esperando un no.

-Haz lo que quieras-dijo mientras seguía rozando  y lamiendo la baqueta con sus labios mientras no paraba de sonreir.

Lentamente acerque mis labios a los suyos y aparte la baqueta, su lengua rozó la comisura de mis labios haciendo que los pelos de mi espalda se erizasen como su fuese luna llena, le dí de su propia medicina y note como se contorneaba como una serpiente.

Debí perder la noción de la realidad y del tiempo en ese beso.

Escuché un rumor de tierra abriéndose, las velas se apagaron, corrimos descontrolados hacia arriba por las escaleras y me golpee con el quicio del marco de la puerta mientras iba aumentando de tamaño de forma descontrolada por aquel repentino e inesperado terremoto, respiré hondo aún con el calor del dolor caliente en mi frente y volví a la forma normal.

Al salir fuera las casas estaban partidas en dos, el suelo lleno de cadáveres destrozados y no se como había quedado medianamente intacta el edificio de la bruja , la cual por cierto no aparecía en ninguna parte y en mitad de todo el caos que me rodeaba estaba el tipo calvo o al menos lo que quedaba de el del pecho hacia arriba.

Se volvió con una sonrisa entre afable y socarrona, en ese momento pude verlo bien, su piel era tierra agrietada, le faltaba el ojo izquierdo y en su lugar solo quedaba un profundo y oscuro pozo, donde antes estaba su cuerpo solo había correosas falanges de distintos grosores y longitudes que se extendían por varios metros a su alrededor clavándose en la tierra y flagelando el aire que lo rodeaba.

Algo en el desolador paisaje llamó mi atención, una familiar figura corría con un ancho vestido alejándose de la criatura que se había convertido el calvo con el que momentos antes compartía risas mientras lamía de forma sensual la baqueta.

Mientras saltaba esquivando lo que parecía ser el primer ataque de la criatura cambié de forma a algo más licantropicamente grande y menos humano para poder alcanzarla con la mayor velocidad posible, llegué justo en el momento en el que se dirigía hacia ella una de las falanges más largas, adelantándome a la misma derribé y alrededor mío todo fueron gasas de colores de la ropa de ella.

Nos incorporamos, la miré a los ojos y de su espalda salieron numerosas falanges, mientras que sonreía y su piel se volvía terrosa.

Por un instante estuve tentado de rendirme, dejarme llevar por aquel abrazo inminente y dejarme llevar hasta donde quiera que me llevase convertirme en aquello que tenía delante.

Fue hasta que recordé a quien tenía delante, quien era realmente y no quien había dicho ser, saqué mis garras y con mas dolor que rabia, de un golpe mandé su sibilina mirada con sus pronunciados labios y el resto de su cabeza hasta donde la fuerza y la rabia me alcanzaron…