lunes, 23 de abril de 2007

Reunion : Acto III : La Forja

Chasqueo los dedos, su armadura se transformo en una bata blanca, la mesa desaparecio para dejar paso a un pozo de tres metros de diametro en el cual brillaba con un rojizo fulgor algo que se alejaba de la vista de los tres, las sillas donde las dos aladas figuras se sentaban se separaron dejando el pozo en medio, se alinearon formando un triangulo con la silla de su interlocutor y se convirtieron en sillones metalicos de los cuales surgieron grilletes que apresaron sus muñecas, sus pies y sus alas

- Que cojones estas haciendo?- dijo forcejeando la figura de negras alas - SUELTAME!- grito ante la imposibilidad de soltarse, cerro los ojos almacenando energia para dar un tiron y no consiguio nada - Cabron has anulado nuestras habilidades, sueltame y veras lo que es bueno, llevo casi quince años compartiendo cuerpo contigo y asi me lo pagas? - dijo indignado
- Que significa esto?- dijo sorprendido el otro - porque nos retienes?

No encontraron respuesta del chico de la bata blanca.

El escudo invisible que rodeaba a los enanos se hizo visible, un crepitar dorado imbuia la habitacion de un brillo calido, como si del paraiso se tratase.
Uno de ellos se adelanto al frente avanzando hacia el centro de la sala, de pelo rojizo y con canas plateadas en las sienes, poblada barba que le llegaba a la mitad del pecho, profundas arrugas en frente y la comisura de los ojos, una cicatriz que surcaba la parte superior izquierda justificaba el parche en el ojo izquierdo que con orgullo llevaba, vestia bata blanca cerrada y del cinturon colgaban multitud de bolsitas con la hebilla del simbolo que todos los enanos portaban y que coronaba el lugar entre las alas de los dos seres que se encontraban amarrados en aquellos sillones - Señor, esta todo dispuesto - dijo con una voz ronca - Gracias Rezord - contesto.

La fortaleza entera se vio rodeada del mismo escudo que protegia la sala del triunfo y ambos ejercitos se quedaron desconcertados al perder el contacto con sus lideres, el desconcierto comenzo a surgir entre ambos bandos separados por apenas unos metros delimitando claramente cada bando, hombres, mujeres, monturas y otras criaturas de ambos bandos comenzaron a mirar en direccion al bando contrario y a preparar sus armas creyendoles culpables de la perdida de contacto, la tension se podia cortar en el ambiente, ninguno de ellos queria dar el primer paso sin una orden explicita de su superior, pero al haber perdido el contacto con ellos solo era cuestion de tiempo que el de mayor rango dentro de alguno de aquellos ejercitos diese la orden de atacar al ejercito contrario.

Los sillones se fueron amoldando como si de metal vivo se tratase a la figura y forma de sus ocupantes, con delicadas y frias manos de metal liquido despojaron a ambos de todo ropaje y posesiones a excepcion de la luna que llevaban ambos al cuello, depositandolos cuidadosamente en una plancha metalica que se habia formado a su lado, una vez depositados en la planca tomaron su verdadera forma, las tunicas se tornaron pesadas armaduras, la espada siseo al separarse de su dueño - Mi amo! sseñor, queremos ssangre! - el brazalete que portaba la figura de blancas alas se torno un martillo que crepitaba de energia azulada, nuevos brazos surgieron de la parte inferior de ambos sillones y estos se inclinaron dejando a sus ocupantes semitendidos en lo que por segundos se parecia mas a una mesa de operaciones que al sillon que eran en un principio, el sillon que se hallaba en el pico tambien se reconfiguro tomando una forma similar aunque menos agresiva.

De ambos bandos dos generales se adelantaron hacia las puertas de la fortaleza, creando el silencio en las tropas que estaban a su cargo, el serafin llevaba una armadura blanca ribeteada de azul y con los distintivos de su alto rango dentro de aquel ejercito e indicativos del antiguo rango que tenia antes de la caida de su lider, era alto, delgado y su pelo era negro ala de cuero corto por las sientes y largo por la parte de arriba dejando una melena a la altura del cuello , el general caido media mas de tres metros, era calvo con una trenzada perilla, de piel rojiza, llevaba un taparrabos de cuero negro y una armadura que le protegia el cuello, el pecho y los anchos hombros, de su espalda colgaba un hacha a dos manos acorde con su tamaño, con muescas en la hoja, se acercaron a la vez a la puerta de entrada, adquiriendo velocidad a la par que el otro lo hacia y chocaron hombro con hombro cuando intentaron pasar a la vez por la puerta, pararon, se miraron con odio, gruñeron y volvieron a intentarlo, un chasquido electrico los absorvio a ambos al interior de la fortaleza, dentro en la sala del triunfo un enano de pelo canoso y cicatrices de mil batallas desaparecio, el silencio duro solo unos segundos, todas las tropas reunidas en el exterior se preguntaban por la ubicacion de ambos generales puesto que mas alla del borde de la puerta lo que habia era oscuridad.

- Ha comenzado - dijo el chico con la bata,desnudandose dejando al descubierto su cuerpo, marcado por una intrincada escarificacion que se hacia mas profunda en el pecho, juston encima del corazon, en su espalda se veia el mismo tatuaje que marcaba la piel de los dos seres que se encontraban cautivos, el sobre su pecho tambien llevaba una luna de plata con los cuernos oscuros como la obsidiana y plateada por el centro, se dirigio hacia el lugar donde habia estado su sillon y se sento en el - esto me va a doler a mi mas que a vosotros pero es necesario - dijo dirigiendose a ambos alados.

- Como que esto va a doler? - dijo forcejeando inutilmente una vez mas.

- Que es lo que vas a hacer exactamente? - pregunto con curiosidad resignandose.

- Si, va a doler, mientas que uno y otro tomaba parte del control y me dejabais a mi a un lado, encerrado entre estos muros descongelando a mis sirvientes y con la biblioteca como unica distraccion, encontre un texto antiguo, un regalo, bajo mis dominios cerca de donde estuviste encerrado - dijo mirando al ser de negras alas- hay un portal a algo mas antiguo que vuestra estupida guerra, aqui abajo hay un trozo de la forja donde el alma de todo ser viviente se crea antes de ser dispuesta en uno u otro cuerpo, aqui abajo esta el crisol de las almas, donde van las almas de los muertos, de casi todos ellos, y de donde salen las almas "nuevas" para los recien nacidos, esto es algo que nunca antes se habia hecho, pero que puede funcionar y teniendo en cuenta la situacion actual, no estoy dispuesto a dejaros el control, lo que voy a hacer, bueno, mejor le dejo los detalles tecnicos a Rezord ya que yo, al igual que vosotros solo seremos la materia prima y él sera el artifice de lo que saldra de ahi - dijo señalando el pozo- o de lo que destruira por completo mi reino y espero que se quede ahi, por ello el escudo - dijo señalando al fulgor dorado que envolvia la sala - y que cumple una triple funcion, este de aqui dentro nos protege del exterior y protege al exterior de lo que aqui pueda ocurrir, el escudo que se ha formado fuera tiene las mismas funciones pero ademas absorve a cualquiera que la toque, asi como a su homologo en las otras dos facciones que aqui nos hemos reunido. - diciendo esto extendio sus brazos y piernas y Rezord cerro los grilletes que lo apresarian durante todo el proceso.

- Para que lo entendais y a grandes rasgos vais a renacer, vuestra esencia misma sera deshilachada y vuelto a tejer, dejareis de ser independientes y sereis uno solo, con los rasgos y habilidades combinadas de los tres, con lo que sobre, bueno - dijo sonrriendo mientras miraba a las planchas donde estaban las posesiones - ya veremos que hacer... - del suelo surgio un panel de control con varios botones y una palanca, toco varios botones y el las planchas metalicas se hundieron en el suelo desapareciendo, tiro de la palanca y los tres sillones comenzaron a moverse hacia el pozo.

- Estas de coña no? no puedes hacer esto! El primer caido tomara cartas en el asunto! - grito

- No es posible, nunca se ha hecho algo asi, no puedes haber encontrado ese manuscrito, solo existe uno y esta en posesion de... -

Antes de que terminase de hablar una figura ataviada con una tunica con capucha que solo dejaba ver su boca y un libro encadenado a su muñeca derecha aparecio hablando con una voz que parecia venir de todas partes - En posesion mia serafin caido? he dado mi venia y si lo deseas Rezord puede mostrarte la autorizacion de los dos a los que habeis mencionado - dicho esto desaparecio.

- Joder! si ellos andan de por medio estamos jodidos, aun recuerdo cuando Morfeo aparecio reclamando su Yelmo... - dijo con resignacion la figura de negras alas.

- No puede ser, tiene que ser un truco, tiene que ser un truco!!!- grito con desesperacion el serafin.

- Me habeis subestimado, habeis recaudado poder en mi nombre, vuestros actos han afectado durante mas de un cuarto de siglo a mis acciones, no puedo destruiros porque formais parte de mi, tampoco puedo encerraros porque reunis mas fuerza encerrados al no usarla al igual que vuestro homonimo se hace mas poderoso, pero habeis olvidado que la base soy yo, esta es nuestra unica salida y solucion antes de la autodestruccion-

Mientras tanto las tres sillas estaban a pocos centimentros del pozo.

El enano que manejaba los paneles se acerco al chico y arrodillandose al paso de su silla dijo - Mi señor, si esto no funciona, en mi nombre y en el de todos los mios os digo que ha sido un placer serviros- las tres sillas cayeron a la vez al pozo.

En el exterior se desato la guerra, aladas criaturas chocaban combatiendo en el aire, en tierra la sangre era vertida al suelo, los rayos y las explosiones chocaban en el aire o contra sus objetivos y cuando dos iguales hacian chocar sus aceros, conjuros o simplemente caian uno encima del otro, simplemente desparecian, el chico tenia razon, habia comenzado.

En otro lugar distinto en el tiempo y el espacio, muy lejos y a la vez muy cerca de aquel lugar un corazon se rompia, un filo acaricia sin hendir la carne dicho corazon, lagrimas se vertian al suelo y una palabra que en ese momento parecia no tener sentido era pronunciada por unos labios que ese corazon nunca volveria a besar, marcando con esa palabra su destino.

"Adios"

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