domingo, 6 de mayo de 2007

Reunion : Acto IX : Requiem por un Sueño

Despertar cada noche susurrando su nombre, envuelto en un mar de lágrimas, abrazando un trozo de tela, relleno con algodones, sintiendo el gélido metal en el pecho como fuego ardiente, así transcurrían sus noches, no importándole el descanso, el sueño o la vigilia pues al otro lado, nada le esperaba.


La herida de hierro frio fue curada, sanada con los mejores ungüentos de todos los rincones del reino de Faerie, no quedaría cicatriz pues aquel cuerpo poseía mejores cualidades de regeneración que los anteriores, pero quedaban las heridas internas, no físicas sino las del alma.

Envió misivas a todos los confines del reino de Sueño, a los serafines e infernales con los que aun mantenía contacto invitándolos a todos ellos a aquel solemne acontecimiento, deseaba gritarlo a los cuatro vientos y que no quedase ser en el mundo que no conociese aquello, que todo el mundo supiese lo que había ocurrido, para que cuando actuase nadie se extrañase de sus acciones.

Cien enanos trabajaron mano a mano con su señor para reconstruir, reparar y volver a engalanar el reino con el esplendor que hacia años no tenia, su forma física volvía a ser la que era hacia años a ambos lados, plenitud, crecimiento, evolución, con un chasquido de la mano derecha el castillo entero se lleno del mas puro blanco, cortinas, tapices, alfombras, paredes y en los alrededores del castillo sobre el verde césped surgieron rosas blancas, se puso su túnica blanca con bordes dorados, acicalo sus alas, coloco en su frente una tiara de oro blanco con diamantes y subió las escaleras, peldaño a peldaño, podría haber volado hasta la cima de la torre mas alta, la de la sala del triunfo pero era así como debía hacerse, cuando llegaba a la cima escucho el clamor de la multitud aguardando, casi ninguno sabia el porque de la convocación, pero el rumor fue corriéndose a la vez que el ascendía los peldaños y cuando llego arriba todos miraban con ojos tristes la alada figura que surgió de las puertas de madera, en la mano llevaba un pergamino pero no necesitaba fijar su vista en el, no miro hacia la multitud que fijaba su vista en el, miraba al horizonte al blanco cielo, tomo aire y hablo desde la almena, recitando con voz melodiosa un réquiem por un sueño, su sueño :

"Desde mas allá del velo vine a buscarte, un sueño buscando un sueño hecho real, un portador de sueños examinando el interior de los mortales para encontrar el suyo, tenia que soñarte cada noche hasta que te encontré, dentro de un cuerpo que quizás con el tiempo seria el tuyo, pero te encontré, tome tu mano, rasgue los velos para ti, juntos miramos las estrellas y ellas nos devolvieron un guiño mientras estábamos sentados en la cúpula del mundo, cada noche te aguardaba en el cuerno de la luna a que te quedases dormida y comenzases a volar en el mundo de aquel del que soy Heraldo, portador de sueños le llaman, volaba junto a ti, pose mis pies en tierra y juntos abrimos puertas que pocos conocen, con una canción de la lejana Arrakis fuimos uno por primera vez, espalda contra espalda aguantamos el envite de aquellos que querían el mal para nosotros, en un momento mágico tus manos escribieron para mi por primera y ultima vez, tu suave letra tomo forma y desde ese día la bruja siempre buscaría a la luna, forje mas allá de los sueños con un trozo de mi un guardián para ti, una extensión de mi mismo para que al dormir junto a el fuese como si lo hicieses a mi lado, tu hiciste lo mismo aun casi sin saberlo, tomaste tu primer filo de entre mis manos, le diste nombre, yo halle el tuyo y nada en ninguno de ambos lados podía detenernos, mi voz era la tuyo y la tuya la mía, jamás nos hicimos el amor en un lecho de rosas, pero el tacto de tu piel sobre la mía era infinitamente mas suave, una simbiosis casi perfecta…

Casi.

Como todos los nacidos en Faerie, poseemos muchas debilidades, conocidas y explotadas por muy pocos, ahora yaces muerta en algún lugar de un corazón que ya no conozco.

Rosas blancas para tu ultimo lecho mi amor, en el lugar en el que fui adiestrado, mas allá de este reino es normal que los que mueren vuelvan, quizás en el cuerpo de otra persona, quizás de entre los muertos, quizás perdiendo algunos de sus rasgos, por ello cuando alguien muere no se le da demasiada importancia, hasta que alguien es muerto de verdad, entonces con gran dolor se depositan rosas blancas en su ultimo lecho, como regalo para la hermana Muerte en agradecimiento por la vida que acaba de desaparecer para siempre, para siempre, unas palabras que solo tienen sentido cuando alguien muere como tu lo has hecho, hierro forjado atravesó tu corazón en forma de mentiras, rumores, odio, venganza? Quien sabe, la única que podría darme las respuestas, ha muerto, me maldigo por no haber sabido cuidarte, por no haber sabido ver de donde venia ese hierro forjado que atravesó tu corazón y dejo solo la cáscara vacía de tu cuerpo que ahora otros hacen suyo y la tumba que para ti es el corazón de quien ahora esta en tu cuerpo lo permite.

Quien fue certero tirador que atino en tu corazón? Lo desconozco, su rastro se ha perdido en el bosque y no soy capaz de encontrarlo, solo los mejores sabuesos infernales podrían hallar su rastro y mi alma es un pago demasiado caro por vengar algo que Destino cruelmente tenia escrito en su libro, mas algún día mi amor, volverá a sonar esa canción del planeta desértico del que proviene la especie melange, esa canción de amor, renovación y venganza, así esta escrito.

Cada noche me arropo con ese manto que aun conserva tu olor, abrazo una figura vacía, muerta, que ya no contiene nada de ti, pues al morir mi amor, perdió todo lo que en ella pusiste, pese a ello, a veces mi señor Sueño me convierte en un soñador mas, para alimentarse de mis sueños, poderosos sueños de un pasado que al igual que tu ha muerto, y al cerrar los ojos abrazado a esa pequeña figura blanca vuelves a mi, mas tu tacto es frío y has perdido todo el calor que tenias cuando te acurrucabas junto a mi, duermo abrazando un cadáver, pero es tu cadáver mi amor y al despertar las lágrimas corren por mi rostro al saberte muerta para siempre.

Para siempre mi amor, para siempre estarás en mi corazón y esa luna solitaria, seguirá brillando en mi pecho hasta que cuando todo acabe y mi luz se apague, deje de brillar y te encuentre en los brazos de Muerte y allí juntos la bruja encontrara a la luna para siempre.

Para siempre amor mío."

Cuando pronuncio esta ultima palabra una perlada lágrima corrió por su mejilla hasta mojar su túnica, alzo el pergamino con su mano izquierda y lo soltó al aire, convirtiéndose primero en dos, después en cuatro, ocho, dieciséis y así progresivamente hasta que el cielo entero quedo cubierto de blancas palomas que portaban en sus patas una rosa blanca, el mensaje para llevarlo a todos aquellos que quisiesen leerlo y prestarle atención, entonces miro a la multitud, salto de la almena y desplego sus alas, girando lentamente en círculos para acabar en la plaza central del castillo, rodeado de todo el mundo, todos ellos le dieron sus condolencias y se marchaban, unas mas sinceras otras menos, la verdad no podia ser ocultada ante aquellos ojos y mentalmente hizo una lista de los que no lo hacian de corazon, se dio cuenta que seria mas facil hacer la lista de aquellos que si lo hacian y cuando el ultimo de ellos salio por las puertas de su castillo, con un pensamiento cerro las puertas de este, se arranco la tunica blanca y camino desnudo hacia la sala del trono, donde solo habia ya uno solo y asi seria por siempre.

Se sento pesadamente y llamo al jefe de su servicio de comunicaciones
- Gordrimm, muchacho envia ese mensaje- debia hacerlo, no como habria hecho antes del Crisol, sino como debia hacerse, despacio, aquel que hubiese deseado oir la llamada lo habia hecho, al resto, mejor que los pillase confesados.

El enano corrio hacia la sala de comunicaciones, por el camino puso en marcha toda la maquinaria y una vez mas el castillo se lleno del bullicio que dias antes habia conocido, todos los enanos corrian portando algo a la sala del triunfo, al altar alli construido...

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