sábado, 14 de diciembre de 2013

Blue Moon (Parte IV final)


"Mi nombre es Iván, soy un taumaturgo acreditado en la ciudad de Sevilla, cobro por resolver casos donde la "razón humana" deja de funcionar.

Estos son extractos de mis diarios, por desgracia no siempre puedo actualizarlos conforme van sucediendo, en esta caso porque casi no lo cuento..."

Le indique a Rolo donde darse una ducha, le dí ropa interior limpia, unos pantalones a los que con un chasquido de dedos le alargué el bajo y una camisa a cuadros que usaba para dormir una chica que ya no volvió por mi casa, aunque supongo que ir a la cocina y ver como se prepara solo el desayuno debió tener algo que ver, joder no había recordado que se había levantado antes que yo.

Cuando salió de la ducha entré yo, estas cosas mejor hacerlas limpios por fuera.

Tiré los calzoncillos de ositos a la basura, que me distingan por mi culo vale, pero ¿por unos calzoncillos de ositos?

Senté a Rolo en una silla, le preparé un te relajante, esto podría ser duro para el por mucho que me abriese su mente.

Le indiqué los pasos a seguir, durante un tiempo indeterminado entraría en su mente por una puerta que el visualizase, donde no me quisiera dejar entrar solo tenía que marcar la puerta con una X y yo no entraría, yo sabía que le estaba mintiendo, Uccellino llevaría una X y tenía que entrar allí, de hecho sería el primer lugar donde iría.

Puse su mano izquierda bajo mi mano derecha y su mano derecha sobre mi mano izquierda, el té le hizo efecto y entré.



la antesala de su mente parecía ser igual que el resto de seres humanos que había conocido a este nivel, puertas, ventanas, cajas, pero una vez que traspasé la primera puerta hacia el interior de los recuerdos, resultó que la mente de un lupino es algo caotica y desordenada, sensaciones, emociones, bailando todas en una espiral de luces, colores y tempreraturas.

Retrocedí, necesitaba algo concreto, no me servía con la mezcolanza que estaban tras aquella puerta, así que como quien pulsa F1 en un teclado de cualquier programa, solicité la ayuda del dueño de la cabeza en la que estaba, un Rolo niño apareció a mi lado, risueño y danzarin.

Solo le susurré algo mentalmente “llévame a Uccellino”, negó con la cabeza, le volví a insistir y con cara apenada aceptó de mala gana agarrando mi mano, el entorno cambió, la sensación era mas agobiante, casi como si estuviese en un lugar prohibido y oculto que Rolo no quería que viese.

Alis Volat Propriis rezaba la puerta, el Rolo niño se niega a traspasarla, abro la puerta sabiendo que voy a vivir todo lo que Rolo ha vivido con Uccellino, tanto lo bueno como lo malo, un olor a Lady Rebeld asalta mi nariz mientras estoy traspasando la puerta…

El primer beso, sal, arena y unos rayos de sol que traspasan un cielo nublado bendiciendo la unión que poco más de quince días uniría su carne y su alma en una

La primera cacería, la primera presa juntos, el tiende hacia ella las partes mas tiernas, para que se deleite con el sabor de la sangre y la carne blanca del primer ciervo

Sus piernas abrazando las caderas de el, la fricción de pieles, telas, sudor, calor, pasión y una cicatriz que marcará su piel para el resto de su vida

La luna llena compartiendo la carrera salvaje, a través del follaje con el único placer de una generosa vista que domina la ciudad de Sevilla

Abrazos, besos, caricias, sonrisas, miradas que hacen temblar estremecerse

Despedidas en la puerta de su casa, miradas a través de unos cristales que dicen que hace calor dentro del coche

Tardes acurrucados en un sofá mirando la televisión, con la única finalidad de sentirse cerca, sentir el calor de sus cuerpos mutuos a través de la ropa que tarde o temprano acaba sobrando

Aquella noche salvaje en mitad del verde, alcohol y dosis rebajadas de extasis liquido fluyendo por las venas de ambos, descontrol licantrópico, cambios de forma y garras que atraviesan el pelaje y la piel dejando cicatrices en la espalda de el

El calor de ella abrazando el miembro de el mientras estalla en su interior mientras la luna roja fluye desde su interior, mezclándose sangre y esperma en un caliz de vida que jamás dará vida

El dolor de las mentiras sabidas, gestos analizados, extrapolados, mentiras

Olores, tactos, jamás puedes engañar a un cazador, el lleva año cazando guiado por su olfato, ella huele al esperma y la pasión de otros

Más mentiras, ¿lealtad?, ¿fidelidad? Parece que son palabras desconocidas para ella, con esos ojos azules y voz dulce puede manipular y usar las voluntades de casi todos los machos que la rodean

El se convierte en un cachorro indefenso, pese a erguirse como un campeón en su tierra natal

La verificación de todas las mentiras, decepción

En ese momento el Lobo de Rolo se hace grande, crece y me expulsa de su mente con dentelladas rabiosas, Rolo cambia de forma y por un instante temo por mi integridad física, se lo que es capaz de hacer un lupino en este estado, pero Rolo se controla mientras lagrimas de sangre caen por sus mejillas lobunas cuando comienza a cambiar de forma y las lagrimas se tornan saladas y humanas.

Ya se que ha pasado este licántropo respira agitadamente mientras trata de calmar a su bestia interior que pugna por salir y destruir, devorar y arrasar con todo lo que le rodea, lo calmo, no puedo permitir que después de reformar mi casa un licántropo fuera de control me la deje hecha unos zorros.

No puedo llevarme a Rolo conmigo, sería casi peor el remedio de la enfermedad, así que saco una bala de plata de un cajón y lo llevo a un estado pseudohipnotico donde quedará hasta mañana.

Son las ocho de la tarde, llevo ocho horas metido en la mente de Rolo, en ocho horas he vivido sus últimos ocho meses, parece justo, lo dejo medio dormido sentado en la silla mientras me como unas cuantas barritas energéticas para lo que me espera en unas horas.

Bajo a la cochera, abro el armario de la derecha, plata, hierro frio, acero de las rejas de una catedral derruida, sal de roca, agua bendecida por verdadera fe, y una pequeña botellita de acónito.

Joder, tengo para echar abajo casi todo menos licántropos, pero que coño!

A estas horas no puedo llamar a mi proveedor habitual, necesito algo con lo que pueda echar abajo a esta manada de asesinos de niños vikingos.


Tardo casi una hora mas en encontrar lo que necesito en los libros que tengo y por pura suerte, al entrar en la cámara y trastear uno de los libros cae estrepitosamente al suelo, su cierre se abre solo, me estremezco al ver el libro que se ha abierto, porque ese cierre no puede abrirse solo y sin embargo lo ha hecho por una pagina en concreto.

Leo su contenido y sonrio, que demonios, de perdidos al río, son doce almas aún por crecer, aún por desarrollarse, quien sabe si alguno de ellas podrá solucionar la mierda de mundo en el que se desenvuelven los humanos en los tiempos que corren.

Salgo de la cámara con el libro en la mano sonriendo, abro mi armario, tengo que ponerme guapo, podría ser la última vez que piso este mundo, probablemente no me permitan volver a este cuerpo, seré lanzado a la forja, aún consciente de lo que está sucediendo, pero al menos no lo haré solo, elijo mis pantalones sin bolsillos de judo y una camiseta sin mangas color caqui, grabo en mis brazos las runas que serán necesarias para el hechizo, me miro en el espejo, arrebatador, chico, puede que vayas a diñarla pero lo harás con estilo.



Once de la noche, Rolo aún duerme, y esperemos que se quede así hasta que amanezca, la luna brilla alta en el cielo, aún no se torna azul, no queda más que estar en paz conmigo mismo sabiendo lo que estoy a punto de hacer, firmo el testamento, la cámara y todo lo sobrenatural quedará en manos del ministerio, esperemos que no traten de traerme de vuelta para pedirme explicaciones, el resto quedará en manos de una asociación contra el maltrato infantil.

Me miro en el espejo de la puerta, paso al otro lado y percibo cosas nuevas, quizás el haber estado dentro de la mente de un lupino haya afectado a mi percepción y haya ganado nuevas habilidades, una pena que puede que no vaya a experimentarlas más allá de esta noche.

Pienso en el lugar de la contienda y aparezco allí, algunos fantasmas de bebés que no pudieron llegar a tener una vida campan por allí, los llevo con cuidado a las cunas y camastros alejados que hay aquí como sombras de mundo real, no merecen ver esto, no merecen estár de por medio y ser daños colaterales.

Comienzo a trazar líneas y glifos por el suelo, aparezcan por donde aparezcan estarán atrapados aquí y a este lado, ni uno solo de esos bastardos podrá pasar, a menos que sepan cual es la puerta trasera que me he dejado preparada por si puedo salir de aquí.

Once y media, me siento en un desvencijado sillón a esperar el chisporroteo que se provoca cuando abren un portal, baño en el poco acónito que tenía en casa el boken de madera de sándalo que guardaba de mi época de Aikidoka, respiro hondo al escuchar como se rompe el espacio y se abre el portal.

Son ocho, por desgracia para Rolo uno de ellos es el Alfa de la manada del que pretendía vengarse, no podrá derramar su sangre y clavar sus colmillos en su cuello, desgarrar su carne y arrancar su corazón del pecho devorándolo y convirtiéndose en el nuevo Alfa cambiándolo todo.

Al verme se muestran sorprendidos, cambian de forma y se lanzan sobre mi, no se fijan los glifos que hay en el suelo que cuando pasan a forma de combate comienzan a brillar robándoles energía y fuerza y transmitiéndomela a mi, son presa fácil, de haber sido algo equilibrado mis restos estarían esparcidos por este lado, sin embargo son ellos los que están inconscientes en el suelo con muchos huesos rotos pero aún vivos, de momento.

Mientras comienzo a realizar el conjuro que abrirá la puerta directamente encima de La Forja, echo un ultimo vistazo al mundo real para sonreírles, sin que ellos me vean, a esa docena de cachorros humanos que tienen toda una vida por delante, este conjuro consume casi todas mis fuerzas, espero que salga bien, porque no estoy ni a medio gas.

Y allí está ella, Uccellino, se ve que la sombra de esta zorra no tiene paragón en comparación con la manada de bastardos venidos del norte, tiene un bebe en las manos y está comenzando a cambiar de forma, el ritual requiere que los bebés sean devorados, pretende terminarlo todo ella sola, probablemente fuese parte de su plan, convertirse en el avatar de la diosa de la luna oscura.

Atravieso la puerta trasera justo detrás de ella haciendo un acopio de fuerzas y clavándole el Boken de sándalo untado en acónito bajo la tercera costilla con fuerza, atravesando ese bonito cuerpo que es un bien común para los suyos, el Boken entra limpiamente por su espalda y sale por mitad de su pecho derecho, si hubiese tenido mejor puntería habría atravesado su infecto corazón, el bebé está a punto de caer al suelo, dejo el Boken en su interior aún vibrando y acelerándome recojo al enano antes de que caiga al suelo, comienza a llorar, manchando de sangre lo acuno en mis brazos y lo arrullo, sería hermoso haber tenido uno de estos pienso mientras lo dejo en su cuna ya calmado.

Me giro, Uccellino aún respira, ya en forma humana, la agarro del cuello y cambio de plano, los otros ocho siguen en el suelo tirados, conscientes y preguntándose aún como un taumaturgo ha podido pasar por encima de ellos como una apisonadora salvaje, la lanzo al lado de su Alfa cerrando el circulo, me planto en el centro no sin antes patearle la cabeza al Alfa y termino el conjuro.

Es justo que donde se abre el portal a La Forja para traer almas se abra para llevárselas, ya que hasta que no toman la primera bocanada de aire no son mas que matería condensada, es con ese primer halito cuando el alma que está preparada al otro lado en la forja entra en el cuerpo dotándolo de consciencia sobre la materia y la energía que llevará dentro toda su vida.
En ese momento y cayendo hacia La Forja muchos de ellos comienzan a gritar conscientes del lugar a donde los he llevado, solo el alfa se rie con una risa que suena como sonaría la de un gigante de roca si siguiesen existiendo, debe de haber algún chiste Vikingo que no comprendo.

Uccellino llora, todo tiene un precio zorra, habéis dado con la horma de vuestro zapato, aunque ello le haya costado su vida.

Recuerdo caer atraído por el centro gravitatorio de La Forja, cerrarse el portal sobre nosotros, abrir las alas para intentar mantenerme alejado de ella y notar el peso de Uccellino aferrada a mi pierna en forma de combate clavando sus garras en mi pierna como las clavaba meses atrás en la espalda de Rolo, con la otra pierna trato de patearle la cara sin exito.

El peso y la presa son demasiado fuertes, ya no está en el circulo que he trazado, ha recuperado parte de sus fuerzas, dejo de luchar, me dejé cae cerrando las alas, cayendo al mar de almas fundidas de La Forja, sintiendo como la carne se comienza a consumir con el calor de millones de almas en ebullición lamiendo mi carne convirtiéndola en liquido.
Es algo fuera del orden, normalmente cuando alguien muere definitivamente, su alma llega a la forja y se disuelve sin dolor, pero cuando lanzas carne a la misma la agonía es indescriptible, eso decía y eso es lo que estaba viviendo.

Sintiendo desgranarse la materia de la energía y conviertiendose a su vez en energía pura, cerrando el ciclo vital y devolviéndolo todo al origen.


Mi sorpresa cuando abrí los ojos y tomé una bocanada de aire fue indescriptible, estaba en mi casa, en mi cama, olía a lilas y a ese olor animal, sensual, primitivo e instintivo que desprenden algunas hembras elegidas cuando están receptivas, tan parecido al olor a sexo reciente que confundí a Uccellino con alguien especial.

A mi lado estaban Rolo y Niahit, al parecer ella era quien me había traido de vuelta, desconozco como ni el precio que tuvo que pagar, pero las habilidades de esta chica son indescriptibles si ha conseguido hacer esto ella sola.

Pedí disculpas a Rolo por haber matado al Alfa y haberle arrebatado la retribución que llevaba años esperando, al parecer llevo más de dos semanas como el gato de Schrödinger y se me ha pasado el final de año.

Alcanzo mi móvil,leo los periódicos de los nuestros de las ultimas dos semanas, la Luna Azul ha tenido efecto en mas de un humano que jugaba con magia.

Ambos me miran sonrientes, quizás puedan convertirse en maquinas de picar carne, tener los rituales de apareamientos dignos de algunas criaturas infernales, pero los que son buenos, no son mas que cachorros grandes jugando a ser lobos malos.

Me duele la pierna derecha horrores, trato de levantarme para mirarla, sin éxito, en las ultimas dos semanas he estado así un par de veces, creo que voy a tener que cambiar mi dieta.

Rolo me ayuda a incorporarme, yo necesitando la ayuda de una “enfermera”, me duele el alma, literalmente, y empiezo a reír cerrando los ojos por el dolor de imaginarme a este tiarrón del norte con un vestido de enfermera sexy.

Cuando se me pasa el ataque de risa, miro mi pierna, ahora tengo una bonita cicatriz a ambos lados que ocupa casi desde el tobillo hasta la rodilla, de esas que te dejan marcado para cualquier licántropo que te huela como “enemigo”, supongo que tendré que dar muchas explicaciones y que no todos creerán a un taumaturgo marcado por una licántropa muerta, pero mejor tener que salir pies en polvorosa de alguno de estos cambiaformas que permitir que provocasen el Ragnarök.

Llamo al ministerio, en poco tiempo se plantan en mi casa una docena de inspectores, notarios, técnicos y médicos, joder menudo revuelo he montado, baja temporal indefinida hasta que me recupere, una ampolla diaria de algo que sabe a culo de Troll y prefiero no saber lo que lleva durante tres meses y anulación temporal de usar cualquier tipo de magia fuera de mi casa hasta que me termine de recuperar, genial, parece que estoy castigado.

Aunque uno de los médicos que ha venido es un chupasangre y me ha dicho que la sangre de unicornio hace maravillas en mi efecto con una mirada bastante malévola, paso, no solo por el precio de la sangre de unicornio en el mercado negro sino porque se como tratan a estos animales en los criaderos ilegales de Europa del Este.

Hablo con Niahit y con Rolo, pasarán un tiempo cuidándome en casa, es la primera vez (y espero que la última) que veo La Forja tan cerca estando vivo y eso deja marcas, no podré recuperarme de la forma habitual y se ofrecieron a cuidar de mi, tanto por dentro como por fuera, supongo que con la documentación y las llamadas necesarias podré convertirlos en mis recaderos y que me traigan el “trabajo” a casa, después de comentarles la situación y en lo que suelo trabajar se ofrecen para convertirse en mis ayudantes en la medida de lo posible, quizás hasta podría montar una agencia mientras me recupero.

Cuando les indico que les haré un par de habitaciones para que vivan conmigo Rolo se sonroja y mira a otro lado y Niahit deja caer su melena rubia sobre su cara mientras que con un susurro me dice que mejor solo una para los dos y si puede ser insonorizada.

Ahora entiendo por qué estaba tan jodida mientras lo torturaban, la forma en la que se miran cuando se les pasa la vergüenza a ambos es algo que envidio sanamente, me recuerda a mi mismo en otro tiempo con alguien que dejó una marca tan profunda que probablemente nadie pueda sanarla ni ocupar su lugar.

Una brigada de zombies albañiles termina las obras en un par de días, se ve que estaré acompañado una buena temporada, al menos no me enteraré de cuando hagan ruido en luna llena mientras se dan arrumacos.

Aunque me sigo preguntando, ¿Cómo pudo Uccellino librarse de mi  Tempus Fugit?



"En memoría de Friki, hace casi un año que no estás entre nosotros, espero que estés donde estés te vaya bien amigo"

1 comentario:

Eruriel Minai Oloori dijo...

Muy interesante, mealegra enormemente haber caído por aquí casualmente. :)

Un saludo.