Reunion : Interludio

Ambos miraron a su alter ego humano y guardaron silencio, por unos instantes hasta ceso la música y el barullo que provenía de la primera planta del pub.

-Hemos llegado a una situación insostenible, vosotros, ambos dos, no sabéis mas que tirar hacia donde os conviene-
-Pero yo lo hago por nuestro bien...- le interrumpió.
-Si claro, pero después Tú vuelves la situación del revés- dijo señalando al otro ser.
-Es que no me gusta su modo de actuar, es demasiado, sutil, blandengue, ¿quieres acaso volver a recuperar el permiso de entrada por las puertas del tio Pedro? - dijo socarronamente el señalado mientras que con su sonrisa dejaba entrever unos colmillos mas largos de la cuenta.
-Callaos los dos, no estamos en un sitio para que empecéis a discutir o a destrozarlo todo, joder, que tengo a los pobres todo el día reconstruyendo lo que vosotros echáis abajo cuando no estoy allí!-
-Yo... lo siento- dijo turbado, sonrojándose y mirando hacia otro lado
-Vayamos al turrón y dejémonos de charanga, que tengo una cita con esa invitada del lago que tuvimos hace unos meses - dijo mientras se encendía otro cigarrillo
-Os propongo un pacto de no agresión entre los dos, dejaos ya de pelearos por el control, cada cual tenéis vuestro lugar y podéis modificarlo a vuestro antojo-
-No estoy de acuerdo-
-Yo tampoco- mirándolo de soslayo
-Que proponéis?-
-Quiero el control total- dijeron ambos al unísono, cuando terminaron de decirlo se miraron con cara de odio mientras entre dientes mascullaban palabras olvidadas preparándose para el ataque
-Quietos los dos!!- gritó, crepitaciones eléctricas los rodeaban a ambos, al oírlo gritar desaparecieron pero provocaron que la luz del techo parpadease y que en alguna parte una maquina de tabaco comenzase a vomitar su contenido sobre el suelo con la consiguiente agitación de los clientes y la exaltación del dueño del pub, un Irlandés de mediana altura, medio calvo y con gafas.
-Sabéis? creo que os espero al otro lado, estoy harto de tener que arreglar vuestros platos rotos, largaos de aquí y nos vemos en casa, si es que Yo aun puedo llamarlo así- dijo mirándolos a los dos, dicho esto se levanto y comenzó a andar hacia la escalera, al llegar abajo llamo al camarero y tras pagar su cerveza le sugirió que la planta de arriba estaba vacía y la de abajo llena, el camarero lo recordó, salio de la barra y quito la cinta que estaba en las escaleras y antes de que pudiese volver para darle las gracias al desconocido, este ya no estaba allí y unos segundos mas tarde ni siquiera recordaba haber hablado con el.

Arriba ambas cara de la misma moneda se pusieron en pie a la vez y tras lanzarse una ultima mirada de odio el del traje de chaqueta desaparecio en un haz de luz y el motorista en una nube que dejaba como rastro un olor sulfúrico.

Mientras la gente comenzaba a subir y fuera en la calle la atención se centraba en un Mercedes Slk 280 edición limitada con la capota levantada que circulaba lentamente conducido por un señor con gafas y la raya al lado con una rubia de enormes pechos en el asiento del acompañante, la moto que había llegado minutos antes y el Mazda se desvanecieron sin que nadie se diese cuenta, así como sus dos dueños de las sillas del Pub...